Un sonido que no entiendo

Un sonido que no entiendo
mayo 2011

viernes, 9 de septiembre de 2011

Saudades de Héitor


Heitor Villa-Lobos

(Río de Janeiro, Brasil, 5 de marzo de 1887 – 17 de noviembre de 1959)

De madre indígena, recibió las primeras lecciones musicales de su padre, violoncelista aficionado, gran lector y librero. Cuando su padre murió, se ganó la vida como músico en un café. Más tarde aprendió a tocar el piano y varios instrumentos de viento.
En 1905 inició su costumbre de viajar por el interior del Brasil para conocer su música. Después de vender unos libros de la biblioteca paterna para juntar algún dinero, Villa pidió abrigo a su madrina y pasó entonces a frecuentar más intensamente las rondas bohemias de los chorões cariocas.
De sus andanzas se sabe poco, y además él mismo se encargó de arrojar una red de misterio sobre ellas. De aquí que -por ejemplo- sus testimonios sobre aventuras con los caníbales de las tribus del noreste carioca no sean tan confiables. Lo cierto es que conoció los cantos de los indios de la selva amazónica, que ejercerían una influencia decisiva en la conformación de su estilo, caracterizado por una absoluta originalidad formal y armónica, libre de las convenciones del nacionalismo más académico.
Desarrolló un sistema completo de instrucción musical para la generación nueva de jóvenes brasileros.
Entre otras cosas, dijo…

Si metes la pata en la academia seguramente serás reemplazado por uno peor.La música es tan sutil como el pan y el agua.

Los choros de esa época eran la improvisación inteligente. Lo que hacen a través del jazz, nosotros lo hacíamos aquí en Río a comienzos del siglo.

Mi música es natural, como una catarata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario